miércoles, 19 de septiembre de 2012

Acabó mi feria de Albacete. José Tomás hace historia en Nimes.

El pasado lunes 17 de septiembre acabó, como cada año, una de las ferias taurinas más importantes del panorama nacional; la de Albacete. Una feria que como cada año y a pesar de la crisis que nos agobia últimamente, ha sido un éxito de público. Chapó por la afición de Albacete y alrededores que han llenado la plaza dos tardes, el 11 y el 17, y que han ocupado tres cuartos largos del aforo los días restantes. Eso no ocurre nada más que en Madrid en San Isidro y en Pamplona por San Fermín. La nota negativa de la feria, bajo mi modesta opinión, es que no han estado todas las figuras, como algún empresario del coso albaceteño ha dicho estos días. No han estado El Juli ni Morante de la Puebla. Ni por supuesto José Tomás. De la ausencia del torero de Galapagar no culpo a la empresa, puesto que en 2010 no pudo estar por su terrible cornada en Aguascalientes y en 2011 no entró en sus planes el hacer el paseíllo en Albacete. Entre unas cosas y otras José Tomás lleva sin pisar el ruedo de la calle de la Feria desde el 2009, año en que toreó por última vez. Lo de El Juli y Morante no está tan claro. Y tampoco se han dado demasiadas explicaciones. Imagino que habrá sido por desacuerdos económicos y porque el toro de Albacete suele salir muy serio, cosa que también les habrá frenado a la hora de anunciarse en los carteles. Por causa de una corrida de Juan Pedro Domecq demasiado seria y no del gusto del torero ni de su apoderado, Morante se cayó del cartel en la feria del 2010 alegando una falsa gastroenteritis y desde entonces no ha vuelto a venir. ¿Es miedo por parte del torero o un "hasta aquí hemos llegado" por parte de la afición de Albacete? Lo que está claro es que el nombre de Albacete asusta a algunas figuras y la empresa tendría que hacérselo mirar, aunque por otra parte mejor que no estén si no es con el toro de Albacete. Para eso ya hay demasiadas plazas "cómodas" para ellos. Otro aspecto negativo de la feria de este año es que ha bajado la presentación de los toros. Tan sólo la corrida de La Palmosilla, la de Adolfo y tres toros de Las Ramblas han mantenido la exigencia de lo que se pide en Albacete. Error grande. En cuanto al juego de los toros poco podemos decir. En general, han embestido muy pocos animales, siendo la tónica general la sosería y la mansedumbre casi todas las tardes. Salvo de esta quema un toro de Alcurrucén, dos novillos de El Cortijillo, uno de Victoriano del Río, dos toros de Cuvillo y tres de Las Ramblas. El resto, jauja. En cuanto a los matadores, el cuadro de honor estaría compuesto por José Mari Manzanares, que se ha llevado todos los premios de la feria por sus tres orejas el día 11 merced a dos faenas rotundas, una a un Cuvillo complicado al principio y que a base de tragarle convenció y otra de dos orejas a un animal con clase y transmisión. En ese pódium estaría también Rubén Pinar, que cortó dos orejas el día 8, Jiménez Fortes, que estuvo muy bien ese mismo día 8, Iván Fandiño y David Mora, Sergio Serrano, Enrique Ponce, Miguel Angel Perera, Andy Cartagena y los novilleros Alberto Pozo, Martín Escudero y Mario Alcalde. Quiero destacar especialmente a Ponce que estuvo sencillamente sensacional. Nunca he sido muy poncista que digamos pero de un tiempo a esta parte me ha ganado. El lunes pasado en Albacete perdió una oreja de su primero y dos de su segundo por el mal uso con la espada. Pinchó dos muy buenas faenas, sobre todo la del cuarto toro de la tarde. A su favor hay que decir también que se llevó el lote más potable de la corrida de Las Ramblas. Enrique estuvo torerísimo, muy templado, dándole tiempo a sus animales entre tanda y tanda, entrando y saliendo de la cara de los toros con máxima torería, afianzando a media altura la embestida noble pero floja de ese cuarto toro hasta que este acabó por romper a bueno y a más. De matar los dos toros a la primera, habría peleado con Manzanares por el trofeo de triunfador de la feria. Aún así, la gente salió toreando por la calle y hablando de Ponce. El buen aficionado no va a olvidar tan fácilmente la extraordinaria tarde del torero valenciano este año en Albacete. Y es que este torero, con sólo medio toro te hace una obra de arte. Su técnica es sobrehumana y por ello es quien es. Sensacional Enrique Ponce.Talavante estuvo bien el día 14 cortando una oreja que pudieron ser dos -aunque no para mí- y pegó un petardo el día 17 saliendo abroncado de la plaza. Cierto es que en su segunda comparecencia no tuvo un lote fácil, pero él tampoco estaba esa tarde y no los quiso ni ver. A pesar de que estuvo muy bien el año pasado, Talavante no debió ir dos tardes a Albacete, al igual que Castella. No entiendo la doble comparecencia de ambos toreros, aunque en el caso del francés es más fácil de entender ya que es torero de la empresa. Sebastián andó perdido las dos tardes como consecuencia de la tremenda paliza que le dió un toro unos días antes en la plaza zaragozana de Calatayud. Él mismo pidió perdón por su mala actuación unos días después alegando que no se encontraba bien físicamente. A veces es mejor no estar que estar mal. Encima y en su descargo, hay que decir que no tuvo demasiada suerte con los toros que le tocaron. Lo siento por los que penseis de otra forma pero a mí me ha quedado un sabor agridulce al concluir la feria. A muchos carteles le han faltado remate, han sobrado toreros como Paquirri -el cual se rió literalmente de la gente el día 14, estando muy por debajo de sus toros- y las dobles comparecencias de Castella y Talavante no se deberían haber producido. Por si fuera poco han embestido muy pocos animales y encima la presentación del toro ha bajado. Esperemos que los empresarios tomen nota y que el año que viene todo sea mejor. Que se cuide más la presentación del ganado y que se hagan unos carteles más rematados aunque sea tirando de toreros que no son figuras pero que tienen muy buen ambiente entre los aficionados de verdad. Lo mejor de la feria, sin ninguna duda, el público de Albacete, ese que ha acudido tarde tras tarde a la plaza sin impontarle el cartel ni la crisis. Eso en mi pueblo se llama afición por los toros. A todo esto José Tomás se entretenía la mañana del domingo 16 de septiembre en cortar 11 orejas y un rabo en la plaza francesa de Nimes. Dicen los que allí han estado que ha sido la corrida del siglo, la mejor de cuantas ha toreado el diestro de Galapagar en toda su carrera. Por si fuera poco, incluso indultó un toro de Parladé de nombre "Ingrato". Los diez mil afortunados que presenciaron el acontecimiento dicen que rozó la perfección y que no se puede torear mejor. Estuvo sereno, variado, puro, creativo e innovador. Al parecer, nadie ha objetado nada en cuanto a la presentación de los toros, siendo esta por encima de lo que se suele ver en una plaza como la de Nimes, lo cual es un hecho destacable si tenemos en cuenta que los toros de Daniel Ruiz que lidiaron por la tarde Castella y El Juli dejaron mucho que desear por su escasa presentación. Esperemos que José Tomás siga el año que viene dándole a la Fiesta Nacional el carácter de acontecimiento que tiene y si es posible más veces de lo que lo ha hecho este año.