viernes, 22 de agosto de 2014

Talavantemente equivocado...

Me vais a llamar pesado. No me sorprende. Desde hace tiempo que sé que lo soy. Y con temas como este todavía más. Sí amigo. Voy a volver a hablar de Talavante. ¿Por qué? Porque me duele Talavante y todo lo que salga de su mente y sus muñecas. Unas veces para bien y otras para mal. Como todos sabéis, hace unos días se desahogó en la red social Twitter con una serie de mensajes en los que cargaba contra todo lo habido y por haber taurinamente hablando, claro. Expuso sin tapujos sus ideas y sus iras contra todo aquel que según su pensamiento le está haciendo la cama, como vulgarmente se dice. Tres fueron el objetivo de sus dardos envenenados: empresarios, prensa especializada y compañeros del G5 a excepción de Miguel Ángel Perera. Según el torero extremeño, estos tres sectores están confabulados en su contra, viendo en ello una falta de interés hacia su figura como torero. Esos mensajes venían a decir más o menos que alguien se estaba empeñando en marginarle taurinamente (los empresarios) y que esa acción estaba siendo apoyada por la prensa y algunos de sus compañeros del G5. Evidentemente, no comparto la opinión del torero. Es más: yo lo veo más como una manía persecutoria que como un hecho real. Y me explico. Si examinamos detalladamente la temporada de Alejandro, vemos que se ha quedado y se está quedando fuera de muchas ferias de importancia. Y sobretodo de aquellas que regentan los grandes y poderosos empresarios españoles, aquellos que por otra parte han sido el objetivo de sus quejas. Así por ejemplo, se quedó fuera de Valencia en Fallas y julio, de Sevilla en la Feria de Abril, de Santander y Bilbao..., por poner algunos ejemplos. He amado taurinamente a Talavante. He pasado de él. Le he llegado incluso a odiar por olvidarse de su esencia primigenia, aquella que me enganchó a él en una novillada sin caballos en mi pueblo allá por el verano de 2003. Este año me ha vuelto a conquistar porque he vuelto a ver en él aquel toreo suyo que me fascinó hace once años. A día de hoy defiendo casi todo lo que dice y hace Talavante. Pero esto no. En esto no lleva razón. Y me duele decirlo. El otro día se le fue la hoya con los mensajes en Twitter. Y lo argumento. Esa temporada bélica a la que hacía referencia no lo es tanto si analizamos sus ausencias de las principales plazas de este país. A Valencia no fue en Fallas porque quería dos corridas y no una como le ofrecía la empresa. (Sin embargo sí que ha lidiado una novillada como ganadero en la Feria de Julio). A Castella y Perera le ofrecieron una como a él y sí que fueron. Talavante no se conformó con tan poco. Como no llegaron a acuerdo, mejor ninguna que una, pensó no sabemos si su apoderado o él. O los dos. Error. Grave error. De acuerdo que el año anterior salió por la puerta grande de Las Ventas y eso quizás le legitimizaba para exigir dos tardes, pero también es cierto que pegó un petardo en su encerrona con los victorinos en la misma plaza unos días antes. Así que en ese aspecto fifty fifty. A Sevilla no fue por lo que todos sabemos. Según los toreros del G5, se les faltó al respeto y decidieron no torear en La Maestranza. Los cinco se aliaron como hermanos desvalidos en un proyecto que les llevaría a apoyarse en todo por los siglos de los siglos. El tiempo ha demostrado que esto no ha sido así y ahora ya va cada uno por su lado. Algunos incluso poniéndole trabas a otros. Luego Alejandro no fue a Sevilla porque no quiso. A Madrid sí que fue y muy bien colocado, gracias a su ex apoderado José Antonio Martinez Erice, el cual se ha portado con él extraordinariamente aún sin merecerlo. Recordemos que mucho antes de dejar la relación de apodreramiento con el empresario vasco, estuvo coqueteando con su actual apoderado Curro Vázquez a sus espaldas. Vamos que en términos sentimentales le puso los cuernos, algo que le sentó fatal a Martinez Erice. Aun así, este no se lo ha tenido en cuenta y le ha puesto en sus plazas. Por esa parte pues, quejas cero. Al contrario: agradecido. Con los Chopera (Óscar y Pablo), la cosa ha sido igualmente simple: Talavante no ha sido contratado en Santander o Bilbao, por ejemplo, porque según los empresarios, sus pretensiones eran inaceptables. Tanto en fechas, dineros, ganaderías y compañeros. Te preguntarás a dónde quiero llegar con todo esto. Muy sencillo: creo que Talavante se ha columpiado con esos mensajes. Le ha entrado la paranoia y ha visto enemigos en todos los sitios, incluso donde nunca los ha habido. A lo mejor sería bueno que se replanteara su situación y analizará el porqué real de esas ausencias en sitios de tanta relevancia. Muy posiblemente, en el fondo de ese laberinto se encuentre la mano de Curro Vázquez. Recordemos la época en la que dicho apoderado llevó a Cayetano y a Morante de la Puebla: casi todos los días había líos de carteles y corrales, cuando no de ausencias y partes facultativos. No estoy responsabilizando a Curro de la situación actual de Talavante porque no estoy dentro de esa relación, pero apuesto a que las ideas del ex matador de toros linarense han influido en la exigencia y delicadeza con que Talavante quiere caminar este año. En su favor también hay que decir que Vázquez ha sido el precursor de que el toreo de Alejandro haya vuelto a su esencia más pura, aquella que nos deslumbró a todos. Aquella donde todo era suavidad y magia. Donde no había retorcimientos ni figuras forzadas, sólo brisa y sofisticación. En ese aspecto, un diez para Curro. En el otro un cero. Y es que se pongan como se pongan y digan lo que digan, algunos apoderados no saben llevar la carrera de una figura del toreo. Curro Vázquez siempre será luz para unas cosas y oscuridad para otras, y en esto del apoderamiento no lo acaba de ver claro. Me apena no ver a Talavante en algunas ferias ni en los mejores carteles. Es posible que lleve parte de razón en eso de que algunos compañeros del G5 no están sacando la cara por él, pero es que en esto del toreo cada uno siempre ha ido a la suya. Y eso es algo que él debió preveer en su momento. La competencia aquí es atroz y si alguien te puede pisar la cabeza te la pisa sin contemplaciones. Y si no que se lo pregunten a Fandiño, por ejemplo. Esperemos que Talavante piense, recapacite y sea de una vez por todas independiente. Su personalidad única, la seda de sus muñecas, su capote, muleta y espada son sus mejores aliados. Y contra eso pocos pueden luchar...

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