jueves, 10 de marzo de 2016

Samuel Flores: la lucha del mito...

Guadalajara y Albacete son de momento los destinos confirmados donde se lidiará este año 2016 parte de la camada de don Samuel Flores. La corrida de la capital alcarreña ya está cerrada: será el 15 de septiembre en formato de corrida mixta. Harán el paseíllo el rejoneador Alfonso López Bayo, Sánchez Vara y Curro de la Casa. En cuanto a la corrida de Albacete, a falta de los últimos flecos, parece más que segura la presencia de tan mítica ganadería en la feria en honor a la Virgen de los Llanos. Los toros están vistos y la palabra dada. En cuanto a la posible terna que hagan frente esa tarde a los “samueles”, nada se sabe por el momento. Merecida repetición por tanto en la feria de la capital albaceteña después de su más que interesante corrida del año pasado. José Carlos López, mayoral de la ganadería de don Samuel Flores desde hace tres años, me recibe sabedor de que está en una casa mítica, preñada de solera y tradición. Me enseña orgulloso la camada de 2016, tanto los toros destinados a lidiarse en la plaza y que conviven juntos en el mismo cerrado, como aquellos cuyo futuro será en las calles de las diversas poblaciones a las que irán. Estos últimos, en un cerrado aparte, asustan por su imponente cuajo y seriedad. La arboladura de varios de ellos es para echar a correr. Leña para todo el invierno, como dirían los taurinos más clásicos. La camada de lidia para este año 2016 está muy bien hecha. “Manicomio”, “Niñoso”, “Pitarroso”, “Encina”, “Gallina”, “Carjuteso”, “Pitazo”..., son algunos de los “samueles” que esperan ya su destino para esta temporada que recién acaba de empezar. Como es habitual, hay toros de los dos hierros principales de la casa: don Samuel Flores y doña Manuela Agustina López Flores. Destacan las buenas hechuras de los toros, con la morfología clásica del encaste Gamero Cívico-Samuel Flores. Toros bajos, de manos cortas, muy badanudos y con las caras perfectamente colocadas. Varios de ellos tienen mucho pitón sí, pero bien conformados y sin excesivas estridencias en ellos. En cuanto al pelaje, hay de todo: negros, castaños, chorreados en verdugo -lámina típica de los clásicos y míticos “samueles” que se había casi perdido y que don Samuel ha sabido recuperar con mano diestra-, y hasta un colorado ojo de perdiz. Pregunto por Madrid y a José Carlos le cambia la cara. “Toros hay”, me dice, pero no creo que sea el momento. Parafraseando las palabras de su jefe, Madrid puede esperar. “Esta ganadería ha triunfado muchísimos años allí y volveremos a triunfar”. Desde el año 2013 la ganadería de don Samuel Flores no lidia en Las Ventas. La plaza está ahí. Nadie se la va a llevar. Ojalá la empresa recupere el tacto que siempre tuvo con esta divisa y que en los últimos años se ha perdido. Ganaderías como esta merecen un respeto mucho mayor del que se le está dispensando últimamente desde la capital del toreo. Una pena. Entretanto me despido de José Carlos, no sin antes confesarme que toda su vida soñó con trabajar en esta casa. “Yo siempre fui un enamorado de esta ganadería y siempre deseé trabajar aquí. Y las cosas de la vida, fíjate por dónde, carambolas del destino, un día se me presentó la oportunidad de formar parte de esta mítica casa. No me lo pensé ni un segundo y aquí que me vine”. En su rostro percibo la felicidad del que está donde quiere estar, del que piensa que su trabajo es lo que más le gusta en el mundo, del que se levanta cada mañana feliz porque se siente un afortunado trabajando donde trabaja. Y es que para José Carlos el trabajo no es trabajo, sino placer absoluto. Qué tan cierto es ese dicho que dice que a veces los sueños se hacen realidad, sobretodo si los deseas con todas tus fuerzas. Mucha suerte a la ganadería de don Samuel Flores para este 2016. La merecen sobradamente por el trabajo y el sacrificio constante y continuo que están llevando a cabo para mantener este encaste y este toro únicos en la cabaña brava.

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