jueves, 21 de septiembre de 2017

Entrevista a Pablo Aguado

Pablo Aguado es probablemente uno de los novilleros con más clase de los últimos años. Sevillano y con un concepto del toreo que aúna pureza y arte, toma la alternativa en La Maestranza de Sevilla el próximo 23 de septiembre. A escasos días de su doctorado le entrevistamos en Porelpitonderecho.com. Está tranquilo, sabedor de que una nueva y nada fácil etapa comienza. Una etapa que, como bien dice, debe de empezar con un triunfo fuerte el día 23. 

Una alternativa de lujo con Enrique Ponce y Alejandro Talavante y toros de Garcigrande y Domingo Hernández el próximo 23 de septiembre en tu plaza de Sevilla. ¿Una alternativa soñada no?
Por supuesto. Yo creo que somos muchos los que soñamos con una alternativa así, con dos figurones máximos del toreo y en una plaza como Sevilla.
¿Qué sensaciones tienes ante esa tu tarde? ¿Qué esperas de ella?
Espero disfrutarla. Lo primero disfrutarla desde la entrega, demostrando que soy consciente de que volvemos a empezar de cero y de que me tengo que ganar el abrirme paso y camino y que esperemos que esa combinación de ilusión, disfrute y entrega se transmita sí o sí en forma de triunfos importantes.
Un padrino y un testigo de lujo. Dos figuras del toreo. ¿Qué nos puedes decir de ellos? ¿Y de la ganadería de Garcigrande-Domingo Hernández?
Sobre los maestros Ponce y Talavante poco puedo decir yo de ellos que no se sepa. Son dos figurones. La temporada del maestro Ponce, vamos, toda su carrera, pero en especial esta temporada que está echando pasará a la historia del toreo. Y el maestro Talavante es de las figuras que a todos nos vuelve locos como torea. La Ganadería de Garcigrande-Domingo Hernández es una ganadería de primer nivel, una ganadería exigente pero que exponiéndote a ella tiene mucha importancia todo lo que se hace a ese toro y llega rápido arriba.
Como novillero has toreado en prácticamente todas las plazas y certámenes más importantes de España y parte de Francia. ¿Se ha quedado alguna plaza pendiente en la que te hubiera gustado actuar?
Lógicamente no se puede estar en todas las plazas porque somos muchos los compañeros, pero la verdad es que me hubiera gustado conocer alguna que otra plaza del norte como Santander o Logroño, plazas así que tienen una categoría máxima. Pero vamos, que digo esas dos por decirte alguna. No me quejo en absoluto de las plazas que he pisado y me siento un privilegiado por haberlas pisado y haber toreado en ellas y lógicamente en todas no se puede estar.
Si tuvieras que quedarte con una tarde y una faena de tu etapa de novillero, ¿con cuál te quedarías?
Es complicado porque he tenido tardes muy importantes. Quizá y sin ser la faena más perfecta, pero por lo que viví y lo que se vivió en la plaza me quedo con las dos orejas de Bayona en el primer año de novillero.
¿Cómo valoras tus tres temporadas como novillero con picadores?
Ha sido una carrera de novillero que hemos intentado enfocarla desde la paciencia y la tranquilidad para irla haciendo poco a poco, intentando no dejarnos llevar por esa forma actual de los novilleros que queremos tomar la alternativa a la ligera. Hemos querido hacer las cosas poquito a poco y gracias a Dios se ha podido demostrar cómo quiero torear, cómo soy como torero y sobre todo lo que quiero.
Si tuviéramos que nombrar algún novillero con el que hayas sentido más competencia, ¿cuál o cuáles serían?
No nombraría a ninguno en concreto porque he tenido la suerte de torear con muchos y todos de primer nivel. Mi primer año toreé con Ginés Marín Y Roca Rey, que eran las figuras del momento. La temporada pasada toreé mucho también con Luis David Adame, con Andy Younes por Francia y también he toreado varias tardes importantes con Rafa Serna. Todos ellos siempre me han hecho sacar lo mejor de mí.
¿Le temes al parón que suelen sufrir los novilleros cuando toman la alternativa?
Soy consciente de que el parón va a llegar. En mayor o menor medida va a llegar porque a todos les ha llegado, excepto casos muy puntuales como el de Roca Rey, aunque ese caso es muy inusual aunque él mismo se ganó no tener ese parón. Soy consciente de que en la medida en la que ese parón llegue será en función de lo que yo me merezca por mis logros como torero. Y eso empieza por triunfar el día 23 para que ese parón sea el menor posible.
No se si eres consciente de que tienes una legión importante de seguidores prácticamente desde que debutaste con picadores. ¿Qué les dirías de cara a tu próxima etapa como matador de toros?
En primer lugar darles las gracias por haberme aguantado en algunas tardes de desatino (risas). Agradecerles por confiar en mi, en cómo quiero interpretar el toreo y que espero que poquito a poco vayamos cada vez afianzándonos más. Yo les admiro mucho y les estoy muy agradecido.
 
Tan sólo nos queda desearle mucha suerte para tan importante día en su carrera y que siga ilusionando a los aficionados con su toreo, esta vez desde el escalafón de matadores de toros. Por si acaso, no le pierdan de vista. Toreros así merecen mucho la pena.

Malditos sean

Mea culpa. No lo vi. No pude verlo. Mi trabajo, que no es este, me lo impidió. Pero leí. Escuché. Sentí el run run. Cada día más fuerte. Cada día más acusado. "Cómo estuvo ese tío" -me decían por la plaza días después. "De lo mejor de la feria" -me repetían día tras día. Y en mi interior pensaba: "no será para tanto. Es un buen torero, eso lo sabemos todos. Siempre lo ha sido. Y lo ha demostrado. Incluso en Madrid. Pero no será para tanto" -me repetía en mi interior a modo de auto alivio. No quería pensar que me había perdido algo tan importante. 

Había visto fotografías, escuchado comentarios, visto caras de alegria de aficionados que sabidos de mi gusto por el toreo artístico me intentaban explicar, incluso toreando de salón, cómo había estado Andrés Palacios. Pero yo seguía sin creer que podría haber sido para tanto. Hasta que el tiempo, la memoria y la recién acabada Feria de Albacete me permitieron tener una hora libre, sólo una hora libre, para poder ver la actuación de Palacios el pasado día 8 de septiembre en la plaza de toros de Albacete. Y me maldije por no haber estado.
Lo que pudieron ver mis ojos se resume en palabras sueltas porque no hay un hilo que las pueda unir coherentemente. Y es que el toreo que hizo palacios no se explica con frases hechas. Se siente ante todo y cuando se intenta contar sólo salen palabras sueltas: pureza, torería, elegancia, arte, chispazo, sensibilidad, Toreo... Y así muchas más de ese estilo. Y es que no pudo estar mejor con dos toros que por si fuera poco apenas colaboraron para hacerles lo que les hizo. Pero ahí quedaron sus caricias con capote y muleta, su figura relajada y rota, sus muñecas de cristal, sus naturales de ensueño al cuarto toro de la tarde, sus remates para el que los quisiera ver, su estar y no estar, su aroma a torero grande. Hacía mucho tiempo que no se veía torear así en Albacete. Hacía mucho tiempo que no se veía un torero así en Albacete. Yo al menos no.
Andrés Palacios tiene treinta y cinco años y un toreo secuestrado durante un montón de primaveras. Alguien, no sabemos quién, nos ha privado de este torero. Maldito sea quien o quienes lo hayan hecho. Y malditos sean porque siempre se ha sabido lo distinto de este torero. Todos lo hemos visto. Pero no se le ha dado lo que merece. Ni siquiera en su querida plaza de Albacete, en cuya Feria llevaba sin actuar desde 2010.
Horas después de su soberbia actuación en su plaza, su banderillero Víctor Hugo Saugar "Pirri" subía a las redes sociales una foto de Andrés acariciando con la mano izquierda la embestida del de La Quinta. La fotografía hablaba por sí sola, pero además, iba acompañada por un texto breve. Breve como las buenas faenas: "que no se pierdan estos toreros, por Dios". Palabra de torero. De torero a la vulgaridad de lo que nos rodea. De torero a los ciegos e incrédulos. De corazón y de mente.
Hay cosas con las que no se juega. Con las que no se ha jugado nunca. La sensibilidad, la pureza y el arte no entran en el juego. En ningún juego. Malditos sean los que nos privan de toreros como Andrés Palacios. Ayer ahora y siempre.